La Toma de la Alhóndiga de Granaditas

toma de la alhondiga de granaditas
El combate de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato el 28 de septiembre de 1810, 1910, José Díaz del Castillo

En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, un grito resonó por las calles de Dolores, Guanajuato: «¡Viva México! ¡Mueran los gachupines!». Este grito, pronunciado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, marcó el inicio de la lucha por la independencia de México, una larga y sangrienta batalla que culminaría once años después con la fundación de una nación nueva, México.

La Toma de las Alhóndigas de Granaditas, un evento crucial que se desencadenó el 28 de setiembre, pocos días después del Grito de Dolores, se convirtió en la primera gran victoria de los insurgentes y consolidó a Hidalgo como el líder indiscutible del movimiento independentista.

Y aunque diversos propagandistas han intentado poner este episodio como una gesta épica en el proceso de Independencia de México, la verdad es que acabó siendo una masacre de civiles inocentes que ahí se refugiaban.

Antecedentes de la Toma de la Alhóndiga de Granaditas

La Toma de la Alhóndiga de Granaditas fue un evento crucial durante la Guerra de Independencia de México, cuyos antecedentes se remontan a la crisis política de 1808 en España y el surgimiento de ideas liberales e independentistas en el virreinato de Nueva España.

La Conjura de Valladolid en 1809 y la crisis política de 1808 en España contribuyeron a la inestabilidad política en el virreinato de Nueva España. En este contexto, el corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez organizaron una conspiración en Querétaro en contra del gobierno virreinal, que había aceptado la autoridad napoleónica en España y sus dominios. Los militares virreinales Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo, aunque no buscaban la independencia total, querían un protectorado bajo el reinado legítimo de Fernando VII, pero con cierta autonomía para los habitantes. Sin embargo, la conspiración fue descubierta el 11 de septiembre de 1810, lo que llevó a Miguel Hidalgo y Costilla, párroco de Dolores, a adelantar la fecha del levantamiento, convocando el famoso «Grito de Dolores» el 16 de septiembre de 1810.

Tras el llamado de Hidalgo, miles de personas se unieron a su causa. Hidalgo logró rápidamente tomar ciudades como San Miguel el Grande y Celaya, obteniendo fondos y reclutas para su causa. La toma de Atotonilco fue un momento simbólico en el que Hidalgo tomó un estandarte de la Virgen de Guadalupe como símbolo religioso y patriótico para sus tropas. Este estandarte se convirtió en un símbolo importante para los insurgentes.

El 24 de septiembre de 1810, Allende tomó Salamanca, donde Hidalgo fue proclamado Capitán General de los Ejércitos de América y Allende teniente general. Sin embargo, la respuesta del bando español no se hizo esperar. El arzobispo de México, Francisco Javier de Lizana, fue relevado y reemplazado por Francisco Xavier Venegas, quien ordenó detener los brotes independentistas en la provincia. Además, Hidalgo y los insurgentes fueron excomulgados por el obispo de Michoacán, Manuel Abad y Queipo.

La Toma de las Alhóndigas de Granaditas: Una batalla épica por la libertad

Tras el resonante Grito de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla, al frente de una multitud cada vez más numerosa de indígenas, mestizos y criollos, se dirigió hacia la ciudad de Guanajuato, una de las más importantes del virreinato. Su objetivo: tomar la Alhóndiga de Granaditas, un gran almacén de granos que también servía como refugio para las autoridades realistas y sus familias.

La marcha hacia Guanajuato

El 21 de septiembre, los insurgentes llegaron a las afueras de Guanajuato. La ciudad, defendida por tropas realistas al mando del intendente Gabriel de Riaño, se encontraba amurallada y preparada para resistir el asedio.

Durante dos días, los insurgentes, pese a su inferioridad armamentística, atacaron la ciudad con fiereza. Los combates fueron cruentos, con numerosas bajas en ambos bandos. El 28 de septiembre, Hidalgo, desesperado por la resistencia realista, ordenó incendiar las puertas de la Alhóndiga.

La intervención del Pípila

Un minero apodado El Pípila, cargando una enorme losa a cuestas para protegerse de los disparos, se lanzó contra la puerta principal de la Alhóndiga y la prendió fuego. Las llamas abrieron una brecha por la que los insurgentes pudieron entrar finalmente al recinto.

En el interior de la Alhóndiga se desencadenó una masacre. Los insurgentes, enfurecidos por la resistencia realista y sedientos de venganza, dieron muerte a cientos de españoles y criollos simpatizantes del rey.

toma de la alhondiga de granaditas fecha
Placa conmemorativa: «Entrada del ejército independiente a Guanajuato y toma de este edificio. 28 de setiembre de 1810«

La Toma de las Alhóndigas de Granaditas fue una victoria decisiva para los insurgentes. Significó la captura de una importante ciudad y la obtención de recursos y armamento. Pero, más allá de su valor estratégico, este evento se convirtió en un símbolo de la lucha por la independencia y consolidó a Hidalgo como el líder indiscutible del movimiento.

Protagonistas de la Toma de las Alhóndigas de Granaditas

La Toma de las Alhóndigas de Granaditas no habría sido posible sin la valentía y determinación de un grupo de hombres y mujeres que lucharon por un ideal: la independencia de México. Entre ellos, destacan las siguientes figuras:

Miguel Hidalgo y Costilla: El alma del movimiento. Cura párroco de Dolores, Hidalgo fue el líder espiritual e ideológico de la independencia. Su Grito de Dolores marcó el inicio de la lucha armada y lo convirtió en un símbolo de la resistencia contra el dominio español.

Ignacio Allende: El estratega militar. Allende, un militar criollo de alta alcurnia, aportó su experiencia y dotes de mando al movimiento independentista. Fue pieza clave en la organización de las tropas insurgentes y en la toma de Guanajuato.

Juan Aldama: El caudillo guanajuatense. Aldama, originario de Guanajuato, jugó un papel fundamental en la movilización de la población local para apoyar la causa independentista. Su liderazgo y conocimiento del terreno fueron esenciales para el éxito de la Toma de las Alhóndigas de Granaditas.

José María Morelos: El futuro héroe de la independencia. Aunque no participó directamente en la Toma de las Alhóndigas de Granaditas, Morelos se unió al movimiento independentista poco después y se convirtió en uno de sus líderes más importantes. Su brillantez militar y su capacidad para organizar y motivar a las tropas lo convirtieron en una figura clave en la lucha por la independencia.

Otros personajes destacados

  • El Pípila: Un minero apodado «El Pípila» que jugó un papel crucial en la toma de la Alhóndigas de Granaditas. Cargando una enorme losa a cuestas para protegerse de los disparos, prendió fuego a la puerta principal del recinto, permitiendo la entrada de los insurgentes.
  • Gertrudis Bocanegra: Una mujer que participó activamente en la lucha por la independencia. En la Toma de las Alhóndigas de Granaditas, proporcionó agua y atención médica a los heridos.

Las mujeres en la independencia

Es importante destacar que, si bien los hombres han sido los más recordados por su participación en la lucha por la independencia, las mujeres también jugaron un papel crucial en la Independencia de México. Ellas actuaron como espías, mensajeras, cuidadoras de heridos, e incluso participaron en combates. Su contribución a la causa independentista fue fundamental, aunque a menudo ha sido invisibilizada.