Cartagineses en España, La Saga de los Barca
Te pongo en contexto en modo rápido. Alrededor del siglo VI a.c. en la Península Ibérica estaban instalados Griegos, Fenicios, pueblos celtas y los Íberos.
Los Fenicios venían de la otra punta del Mar Mediterráneo, por la zona de la Israel y Siria de hoy en día, y su capital era la ciudad de Tiro, en el actual Beirut. Eran un pueblo de marineros y comerciantes y entre las muchas colonias que fundaron estaba Cartago, en el actual Túnez.
Alrededor del año 589 a.C. la capital fue asediada y capturada por el babilonio Nabucodonosor II, lo que hizo que el resto de colonias quedaran a su suerte. Cartago, no sólo sobrevivió, sino que creció y se fue apoderando poco a poco de las antiguas colonias fenicias y afianzando su poder en el Mediterráneo Occidental.
A los griegos no les gustó ese crecimiento, e intentaron pararlo a base de espadazos y batallas varias, como la batalla de Alalia, que marcaría el inicio del dominio cartaginés en el Mediterráneo. Con la victoria en las guerras sicilianas, Cartago se puso primera en la carrera por dominar el Mediterráneo, pero no para siempre.
En ese tiempo, los romanos ya corrían por ahí, pero como también se daban de leches con los griegos eran amiguetes con los cartagineses. Pero cuando los griegos dejaron de ser una amenaza, los rifirrafes entre estos dos pueblos empezaron a crecer.
Cartago en España
Amílcar en Hispania
Sobre el año 237 a.C. los cartagineses pensaron que sería una buena idea hacerse con el control de la Península Ibérica. Era lo más sensato, pues al norte estaban los romanos, que iban creciendo, al sur el inhóspito Sáhara y al este los Ptolomeos de Egipto.
Pusieron al control de esta empresa a Amílcar Barca, un tío que fue derrotado por los romanos durante la Primera Guerra Púnica, pero como sofocó una revuelta en Cartago le dieron el puesto de comandante del ejército.
En esos tiempos la Península Ibérica aún contaba con yacimientos de hierro, plata, cobre y oro. Fue una buena idea para recuperarse de la derrota contra los romanos en la Primera Guerra Púnica, que les hicieron pagar los costes de la guerra.
Amílcar Barca, también conocido como el guardián de Cartago, entró por la colonia de Gadir, actual Cádiz, desde la que se puso a remontar el valle del Guadalquivir para ir sometiendo a los diferentes pueblos que por ahí habitaban.
Tuvo que pelearse con diversas tribus locales, supongo que ver un montón de personas armadas hasta los dientes, con caballos y elefantes no les hizo ninguna gracia y vieron peligrar su integridad física.
Primero batalló con una tribu de la parte baja del Guadalquivir de la que solo nos ha llegado el nombre del líder, un tal Istolacio y su hermano, que murieron en la batalla. El siguiente en caer fue Indortes, que fue apresado y mutilado para dar ejemplo a las demás tribus locales.
Siguió remontando para llegar a las zonas mineras del Castulo y la Unión, que era lo que le habían traído a la Península Ibérica, los yacimientos de plata, que les venía muy bien para pagar a Roma, cobre y plomo.
Entre diplomacia y espadazos fueron avanzando por el sur y el levante, fundando su nueva base de operaciones en Hispania, Akra Leuke, ciudad que unos creen que puede ser Alicante y otros piensan que puede estar en la zona de Sierra Morena.
Después se fue a atacar a una ciudad llamada Hélice, que puede ser Elche o Elche de la Sierra en Albacete. Esta gente pidió ayuda a los Oretanos en Sierra Morena. En esta batalla se vió superado y mientras huía, cruzó un río, cayó del caballo y se ahogó. Era el año 228 a.C. y después de todo lo que había pasado, el hombre murió de la forma más tonta.
Asdrúbal el Bello y Roma
Asdrúbal el Bello, el cuñado, fue el que lo sucedió como gobernador de la península. Lo primero que hizo fue aplastar a los Oretanos para vengar la muerte de Amílcar, y así de paso recordar a los demás pueblos iberos que Cartago no se andaba con tonterías.
A este no le gustaba tanto la violencia, por lo que fue colonizando pueblos iberos mediante la diplomacia. Dicen que se casó con una princesa ibera para demostrar que no todo era muerte y destrucción.
Fundó la actual Cartagena en el 227 a.C. que les sirvió como capital en la península para aumentar su riqueza y como base naval. Cartago Nova molaba más que Gadir, pues estaba mucho más cerca de Cartago y encima tenía un puerto natural resguardado de vientos y mareas.
A parte no solo tenía puerto, disponía de grandes yacimientos de metales, explotados durante siglos, explotaciones de sal, buenos sitios donde pescar y campos de esparto, muy usado en la época para ropas, utensilios y mantenimiento de los barcos.
Los romanos viendo el chiringuito que se estaban montando los cartagineses en Hispania estaban un poco acojonados, por lo que mandaron unos diplomáticos a Cartago Nova. Hubo fumata blanca en la reunión y las dos potencias pactaron que los púnicos no podían pasar del Ebro para arriba armados ni los romanos hacia abajo.
Poco después, el sirviente de un rey de un poblado ibero mató a Asdrúbal como venganza por haber matado a su rey. Y aquí es cuando entra en escena el conocido Aníbal Barca.
Aníbal Barca entra en acción
El mayor de los hijos de Amílcar tomó el papel de comandante en jefe del ejército en la península el año 221 a.C. Con las tropas con la moral a tope, fue repartiendo palos a diestro y siniestro y añadiendo nuevos territorios a los dominios cartagineses.
Primero venció a los olcades, por la zona de Cuenca y la dureza con la que lo hizo provocó que otras tribus le pagaran tributos a cambio de su supervivencia. El siguiente año cruzó el Tajo y subió hasta el Duero y saqueó la ciudad de Helmántica, actual Salamanca, y Arbucala, actual Toro.
Al sur del Ebro quedaba un pequeño problema, Sagunto. Esta ciudad ibera poblada por edetanos estaba aliada con Roma. Estas gentes no paraban de atacar a los aliados de los cartagineses, por lo que Aníbal decidió irse a por ellos.
Los Romanos se cabrearon porque una de las condiciones que le habían impuesto a Cartago al finalizar la primera guerra púnica era que no podían atacar a aliados de Roma, pero no consiguieron parar a Aníbal.
Sagunto era una ciudad con buenas murallas y bien protegida, por lo que no fue fácil tomarla. Pero tras ocho meses de asedio finalmente Sagunto cayó del lado cartaginés. Hay que decir que los romanos no mandaron ayuda ninguna y esto propició el inicio de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago.
Restos Arqueológicos Cartagineses en España
Aunque los romanos hicieron verdaderos esfuerzos para eliminar todo lo relacionado con Cartago, aún quedó algún que otro resto arqueológico que hoy en día es visible.
Los más destacados sin duda son los hallados en la actual Cartagena, antigua Qart-Hadast o Carthago Nova. De estos restos aún podemos observar los de la muralla púnica datada del siglo III a.C.
Cerca de Murcia, en Molina de Segura, al igual que en el Castillo de Montjuich de Barcelona, se han encontrado restos de monedas cartaginesas, lo que hace pensar que hubo actividad comercial por la zona, o que algún despistado las perdió pasando por allí.
En Cádiz, Puerto de Santa María y San Fernando se han hallado restos de ánforas, cerámica, vestigios funerarios y hasta partes de una fábrica de salazones.
Cerca de Sevilla también se han encontrado restos de un bastión hecho por Asdrúbal.
Al otro lado de Andalucía, en Villaricos, provincia de Almería, encontramos restos de un poblado y una necrópolis cartaginesa.
Para finalizar, en la zona de Alicante, se ha encontrado bajo una ciudad romana los restos de una ciudad cartaginesa. Los arqueólogos no tienen claro qué ciudad es, pero lo que sí saben, es que fue destruida por los romanos durante la segunda guerra púnica por los restos de ceniza encontrados.
Bibliografía
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