El Levantamiento del 2 de Mayo de 1808: causas, desarrollo y consecuencias
El 2 de mayo de 1808, los ciudadanos de Madrid se alzaron en armas contra las fuerzas napoleónicas que ocupaban España, dando inicio a un episodio clave de la historia nacional: la Guerra de la Independencia Española. Este acto de rebelión espontáneo y visceral marcó el inicio de una resistencia que se extendería a todo el territorio español, convirtiéndose en un símbolo de lucha por la libertad.

El contexto histórico del levantamiento estuvo definido por una creciente tensión política y social. Todo comenzó con la firma del Tratado de Fontainebleau en 1807, por el cual España permitía el paso de las tropas francesas para la ocupación de Portugal. Sin embargo, el acuerdo fue aprovechado por Napoleón Bonaparte para desplegar su ejército en suelo español y tomar el control estratégico del país. La situación se agravó con el Motín de Aranjuez, ocurrido el 17 de marzo de 1808, cuando la población, incitada por sectores opuestos a Manuel Godoy, forzó la destitución del valido y la abdicación de Carlos IV en su hijo, Fernando VII.
Pero esta aparente victoria resultó ser una trampa: Napoleón convocó a la familia real en Francia, donde, a través de presiones y engaños, logró que tanto Fernando como su padre renunciaran al trono en favor de su hermano, José Bonaparte, en las llamadas Abdicaciones de Bayona. Mientras tanto, en Madrid, el descontento popular iba en aumento. Desde el 23 de marzo, las tropas del general Murat habían ocupado la capital bajo el pretexto de garantizar el orden, pero su presencia solo intensificó la hostilidad del pueblo. Este clima de tensión y vacío de poder desembocó finalmente en el levantamiento del 2 de mayo, cuando los madrileños se levantaron en armas contra la dominación francesa, marcando el inicio de la Guerra de la Independencia Española.
Causas del Levantamiento del 2 de mayo
El pensamiento ilustrado y la crisis de identidad en España
Este clima de crisis política se vio acompañado por una fractura en el pensamiento ilustrado español. José Cadalso, en su obra satírica «Eruditos a la violeta», publicada en 1772, ya había ridiculizado a la élite intelectual de la época, denunciando la superficialidad de muchos ilustrados que adoptaban la apariencia del saber sin un conocimiento real:
«Este exterior de sabios puede alucinar a los que no saben lo arduo que es poseer una ciencia, lo difícil que es entender varias a un tiempo, lo imposible que es abrazarlas todas, y lo ridículo que es tratarlas con magisterio, satisfacción propia, y deseo de ser tenido por sabio universal.» (Cadalso, Advertencia, p. 1).
Su crítica anticipaba el problema de la España de 1808: una sociedad atrapada entre la modernización ilustrada y la inercia del Antiguo Régimen, con una monarquía débil y una nobleza más preocupada por mantener privilegios que por realizar reformas profundas. La imposición de José Bonaparte como rey fue rechazada no solo porque era un monarca extranjero, sino porque representaba una Ilustración impuesta desde fuera, sin conexión con las verdaderas necesidades del pueblo.
El Levantamiento del 2 de mayo no solo fue una reacción contra la ocupación francesa, sino también contra la crisis de identidad de una nación que se debatía entre los ideales ilustrados y la tradición.
La presencia francesa en España
El origen del conflicto se remonta al Tratado de Fontainebleau (1807), que permitió a las tropas napoleónicas atravesar España para invadir Portugal. Sin embargo, Napoleón aprovechó la oportunidad para ocupar estratégicamente plazas fuertes en el territorio español, desbordando los acuerdos originales y generando una sensación de invasión encubierta. El descontento creció cuando las fuerzas francesas tomaron el control de ciudades clave como Pamplona, Barcelona y San Sebastián, sin enfrentarse a resistencia significativa por parte del debilitado gobierno de Carlos IV.
«Primero se metieron en Pamplona, engañando a la guarnición; después se colaron en Barcelona, donde hay un castillo muy grande que llaman el Montjuich. […] No vienen como amigos.»
Benito Pérez Galdós: El 19 de Marzo y el 2 de Mayo
La crisis de la monarquía española
La incapacidad de la familia real española para gestionar la situación fue otro detonante. Las Abdicaciones de Bayona en abril de 1808, donde Carlos IV y su hijo Fernando VII cedieron el trono a Napoleón, dejaron al país sin liderazgo efectivo. La imposición de José Bonaparte como rey agravó el descontento, ya que era percibido como un monarca ilegítimo impuesto por un poder extranjero. Esto, sumado a las intrigas palaciegas y el desprestigio del valido Manuel Godoy, debilitó aún más la autoridad del Estado.
Tensiones sociales y económicas
La población madrileña, al igual que en otras partes del país, sufría las consecuencias de la ocupación. La escasez de recursos y el aumento de los impuestos, sumados al resentimiento hacia los soldados franceses que se percibían como opresores, generaron un ambiente de hostilidad. Este sentimiento se agravó cuando los franceses intentaron trasladar a los últimos miembros de la familia real española al exilio, lo que fue interpretado como la última afrenta a la soberanía nacional.
Desarrollo de los hechos del 2 de Mayo
La chispa del levantamiento en Madrid
La mañana del 2 de mayo de 1808, Madrid despertó bajo una atmósfera cargada de tensión. En el Palacio Real, las tropas francesas intentaban trasladar a los últimos miembros de la familia real española a Bayona, obedeciendo las órdenes de Napoleón. Esta acción, percibida como una amenaza final contra la soberanía del país, provocó la ira del pueblo madrileño. Un grupo de ciudadanos se reunió frente al Palacio para protestar y exigir el cese del traslado.
«La Familia Real de España, viéndose cogida en la red por Bonaparte, ha determinado marcharse a América«
Benito Pérez Galdós: El 19 de Marzo y el 2 de Mayo
El detonante ocurrió cuando un grupo de madrileños intentó impedir que los franceses se llevaran al infante Francisco de Paula. La resistencia de los presentes desencadenó una respuesta violenta por parte de las tropas napoleónicas, quienes abrieron fuego contra la multitud. Este primer enfrentamiento marcó el inicio del levantamiento.

Respuesta de la población
La violencia en las inmediaciones del Palacio Real se extendió rápidamente por toda la ciudad. A lo largo del día, ciudadanos de todas las clases sociales se levantaron en armas improvisadas: cuchillos, palos, herramientas de trabajo e incluso utensilios domésticos. Estos insurgentes se enfrentaron a las tropas francesas en calles y plazas.
«Cuando los franceses trataban de tomar las piezas a la bayoneta, sin cesar el fuego por nuestra parte, eran recibidos por los paisanos con una batería de navajas, que causaba pánico y desaliento entre los héroes de las Pirámides y de Jena«
Benito Pérez Galdós: El 19 de Marzo y el 2 de Mayo
El Parque de Monteleón, en particular, se convirtió en un escenario emblemático de la resistencia. En este lugar, los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, al mando de un pequeño grupo de artilleros, resistieron heroicamente el asedio francés. A pesar de la desigualdad de fuerzas, su valentía inspiró a los combatientes civiles y elevó su acción al estatus de mito en la historia nacional.
La brutal represión francesa
La respuesta del ejército napoleónico fue inmediata y feroz. Bajo el mando del general Murat, las tropas francesas sofocaron la revuelta con extrema violencia. Decenas de ciudadanos fueron capturados y ejecutados sumariamente. La represión alcanzó su punto álgido la madrugada del 3 de mayo, cuando numerosos insurgentes fueron fusilados en los alrededores de Madrid, un episodio inmortalizado por Francisco de Goya en su célebre pintura «Los fusilamientos del 3 de mayo».

Consecuencias del Levantamiento
Inicio de la Guerra de la Independencia Española
El levantamiento del 2 de mayo marcó el inicio oficial de la Guerra de la Independencia Española (1808-1814). Aunque el alzamiento fue sofocado en Madrid, su impacto resonó en todo el territorio nacional. Regiones como Aragón, Cataluña y Andalucía comenzaron a organizarse para resistir al dominio francés, dando lugar a una guerra prolongada y sangrienta.
El vacío de poder dejó espacio para la formación de juntas de resistencia, organismos locales que asumieron el control político y militar en ausencia de un gobierno central. Estas juntas desempeñaron un papel crucial en la organización de la resistencia y la lucha por la independencia.
Protagonistas y Lugares Clave
Entre los protagonistas más destacados del levantamiento del 2 de mayo se encuentran Luis Daoíz y Pedro Velarde, capitanes de artillería que lideraron la resistencia en el Parque de Monteleón. Estos militares, junto con otros soldados y civiles, enfrentaron con valentía a las tropas napoleónicas, a pesar de ser conscientes de la abrumadora superioridad del enemigo.
- Luis Daoíz: Reconocido por su carácter decidido y su valentía, Daoíz fue una de las figuras clave en la defensa del Parque de Monteleón. Su liderazgo fue fundamental para organizar a los artilleros y resistir durante horas frente a las tropas francesas.
- Pedro Velarde: Joven y comprometido, Velarde se unió a Daoíz en el intento desesperado por proteger la dignidad y soberanía de España. Su sacrificio convirtió su nombre en sinónimo de heroísmo.
Eran aquellos los dos oficiales oscuros y sin historia, que en un día, en una hora, haciéndose, por inspiración de sus almas generosas, instrumento de la conciencia nacional, […] descargaron los primeros golpes de la lucha que empezó a abatir el más grande poder que se ha señoreado del mundo.
Benito Pérez Galdós: El 19 de Marzo y el 2 de Mayo

El papel de los ciudadanos anónimos también merece ser destacado. Desde trabajadores y artesanos hasta mujeres y niños, todos contribuyeron al levantamiento, convirtiendo las calles de Madrid en un campo de batalla.
Escenarios principales
El levantamiento se desarrolló en diferentes puntos de la ciudad, que hoy se recuerdan como lugares emblemáticos:
- Palacio Real: Escenario inicial del conflicto, donde los ciudadanos intentaron impedir la partida del infante Francisco de Paula.
- Parque de Monteleón: Epicentro de la resistencia armada, donde Daoíz, Velarde y sus compañeros se enfrentaron heroicamente a las tropas napoleónicas.
- Puerta del Sol y Plaza Mayor: Estas áreas fueron testigos de enfrentamientos entre los madrileños y los soldados franceses.
- Pradera de San Isidro: Lugar asociado a las ejecuciones masivas del día siguiente, inmortalizado por Goya en Los fusilamientos del 3 de mayo.
Representaciones artísticas y culturales
El levantamiento del 2 de mayo ha sido objeto de numerosas representaciones artísticas, literarias y culturales, consolidando su lugar en la memoria colectiva de España.
- Francisco de Goya: El pintor aragonés dejó un legado visual invaluable con sus obras «El 2 de mayo» y «Los fusilamientos del 3 de mayo». Estas pinturas no solo documentan los acontecimientos, sino que también capturan la brutalidad y el heroísmo de aquellos días.
- Literatura: Escritores como Benito Pérez Galdós narraron estos hechos en su obra «El 19 de marzo y el 2 de mayo», donde combinan ficción y realidad para explorar las emociones y los dilemas de los protagonistas.