Motín de Aranjuez: qué fue, fechas, causas y consecuencias
Caída y prisión del príncipe de la paz, 1814, Francisco De Paula Martí
El 17 de marzo de 1808, se produjo un «levantamiento popular», el Motín de Aranjuez, sacudió los cimientos del Reino de España. En la localidad de Aranjuez, a escasos kilómetros de Madrid, la ira del pueblo se desató contra el rey Carlos IV y su favorito, Manuel Godoy.
Este episodio, conocido como el Motín de Aranjuez, no surgió de la nada. Las tensiones sociales y políticas habían ido acumulándose durante años, avivadas por la nefasta gestión de Godoy y la impopular alianza con Francia. La reciente invasión francesa de la Península Ibérica, con la intención de colocar a José Bonaparte en el trono español, actuó como detonante final.
El pueblo español, harto de la opresión y la inoperancia de sus gobernantes, vio en la abdicación forzosa de Carlos IV en su hijo Fernando VII la oportunidad de liberarse del yugo francés y recuperar el control de su destino. Sin embargo, este anhelo de libertad se vería truncado apenas unas semanas más tarde, con las Abdicaciones de Bayona, donde Napoleón Bonaparte obligaría a ambos monarcas a cederle la corona española.
Causas del Motín de Aranjuez
Los antecedentes del Motín de Aranjuez se remontan al Complot de El Escorial, un intento fallido por parte del príncipe de Asturias Fernando y sus partidarios para derrocar al «favorito» del rey Carlos IV, Manuel Godoy, descubierto en octubre de 1807. Aunque el complot no logró su objetivo, fortaleció la posición del príncipe y su facción aristocrática, quienes ganaron popularidad al hacer ver el intento como una artimaña de Godoy.
La situación en España era tensa debido a varios factores, incluyendo la guerra con Inglaterra y las demandas económicas de Napoleón, que habían afectado gravemente a la población. El descontento generalizado se atribuía en gran medida a las políticas de Godoy, considerado un advenedizo por la nobleza y el clero.
Patio de armas y fachada principal del Palacio Real de Aranjuez, 1773, Manuel Salvador Carmona
Además, las tropas francesas presentes en España, inicialmente destinadas a la conquista de Portugal, comenzaron a mostrar intenciones hostiles al ocupar fortalezas españolas, lo que generó preocupación entre la población y el gobierno.
Napoleón aprovechó la situación para presionar a España, proponiendo la cesión de provincias españolas al norte del río Ebro a cambio de mantener la alianza y el matrimonio entre su familia y la española. Ante esta amenaza, Godoy convenció a Carlos IV de trasladarse al sur y, posiblemente, a América, para evitar represalias.
Sin embargo, el príncipe Fernando y sus seguidores se opusieron al plan, creyendo erróneamente que Napoleón solo buscaba destituir a Godoy y asegurar la sucesión al trono de Fernando. Esto desencadenó tensiones en Aranjuez, donde se esperaba el traslado de la corte. Los ánimos se exacerbaron cuando circularon rumores sobre la inminente partida de los reyes.
Narra Josep Fontana, que entre el 17 y el 18 de marzo tuvo lugar el motín de Aranjuez, promovido “por una veintena de grandes de España, con el apoyo de la guardia real y de la población local” . El objetivo era impedir la huida de la familia real, que pretendía abandonar el país ante el avance de las tropas francesas. Estas tropas, cabe recordar, habían ingresado en territorio español con el consentimiento de la propia monarquía, en virtud del Tratado de Fontainebleau firmado en octubre de 1807.
Un día antes del motín, Carlos IV, consciente de la tensión creciente, intentó calmar a la opinión pública asegurando que no había motivo de preocupación ante el avance de las tropas francesas. Sin embargo, sus palabras pronto quedarían desmentidas por los acontecimientos que se sucederían en las semanas siguientes:
«Amados vasallos míos: vuestra noble agitación en estas circunstancias es un nuevo testimonio que me asegura de los sentimientos de vuestro corazón; y Yo, que cual padre tierno os amo, me apresuro á consolaros en la actual angustia que os oprime. Respirad tranquilos: sabed que el ejército de mi caro aliado el emperador de los franceses atraviesa mi reino con ideas de paz y de amistad. […] Españoles, tranquilizad vuestro espíritu: conducíos como hasta aquí con las tropas del aliado de vuestro rey, y veréis en breves días restablecida la paz de vuestros corazones»
Carlos IV, proclama del 16 de marzo de 1808
El 17 de marzo de 1808, el pueblo de Aranjuez se levantó contra Godoy, exigiendo su destitución y manifestando su apoyo al príncipe Fernando. La situación se agravó cuando el arzobispo Félix Amat advirtió a Carlos IV sobre el posible pecado de abandonar el país, lo que llevó al rey a reconsiderar sus planes.
Desarrollo del Motín de Aranjuez
El desarrollo del Motín de Aranjuez tuvo lugar la noche del viernes 18 de marzo, cuando una multitud rodeó el Palacio de Aranjuez, donde residía la familia real. El ambiente estaba cargado de tensión y descontento popular hacia el primer ministro, Manuel Godoy.
Los manifestantes, enfurecidos, tomaron la residencia de Godoy por asalto, buscando capturarlo. Sin embargo, el ministro logró esconderse en una habitación interior y evitar ser encontrado por los asaltantes. Mientras tanto, el saqueo de la residencia de Godoy continuaba durante varias horas sin que el ejército interviniera.
Manuel Godoy retratado como vencedor de la guerra de las Naranjas, 1801, Goya
A pesar de no lograr capturar al valido del rey, los amotinados no se detuvieron y asaltaron también la casa del ministro de Hacienda, Miguel Cayetano Soler. La situación alcanzó su punto crítico hacia las 8 de la mañana del sábado 19, cuando Carlos IV anunció la destitución de Godoy mediante un decreto. Poco después, uno de los soldados que custodiaba la casa del exministro lo arrestó.
La noticia de la captura de Godoy desató aún más la ira de la multitud, que intentó lincharlo y de hecho, casi lo consigue. Sin embargo, los guardias lograron protegerlo y lo trasladaron a un cuartel, donde quedó bajo custodia.
«El pueblo pedía a voces su cabeza; le dieron una cuchillada en la cara, un fuerte palo en las espaldas y una pedrada en la boca, de cuyas resultas empezó a desangrarse»
Josep fontana, Historia de españa volumen 6
El príncipe Fernando, al enterarse de la situación, se presentó ante los amotinados y logró calmarlos prometiendo que Godoy recibiría un castigo justo. Pero cuando se supo que el exministro sería trasladado a Granada, la multitud destrozó el coche que lo esperaba en la puerta del cuartel.
Los disturbios continuaron durante toda la tarde hasta que Carlos IV, ante la presión popular, decidió abdicar en favor de su hijo, Fernando VII. Esta noticia calmó los ánimos de la multitud, que se congregó en la Plaza de Armas del palacio para celebrar la entronización del nuevo rey, a la vez que fue celebrada en todos los pueblos de España, no sólo en Madrid.
Consecuencias del Motín de Aranjuez
Las consecuencias del Motín de Aranjuez tuvieron un impacto significativo en el inicio del primer reinado de Fernando VII. Aunque ascendió al trono sin el procedimiento formal de consulta al Consejo de Castilla ni el juramento ante las Cortes, su legitimidad como rey fue defendida por sus partidarios, quienes afirmaron que había sido aclamado por el pueblo. Esta idea fue respaldada simbólicamente por las Cortes de Cádiz al promulgar la Constitución en 1812, en la que se reconocían los derechos de Fernando VII frente al «rey intruso» José I Bonaparte.
El entusiasmo por la caída de Godoy y el ascenso de Fernando VII se extendió por todo el país. El nuevo monarca realizó cambios significativos en el gobierno, reemplazando a varios funcionarios clave y reintegrando a personas previamente desterradas por su implicación en el complot de El Escorial. Estos cambios reflejaron su intento por deshacer las políticas implementadas por Godoy.
La entrada triunfal de Fernando VII en Madrid fue recibida con gran celebración por la población, marcando el inicio de su breve «primer reinado». Durante este tiempo, revocó la desamortización de Godoy y levantó los destierros de figuras prominentes. Además, ordenó la confiscación de los bienes de Godoy y sus allegados. El antiguo favorito del rey fue confinado en diferentes lugares, incluido el castillo de Villaviciosa de Odón.
Sin embargo,la situación política en España se volvió más compleja con la intervención de Napoleón. La liberación secreta de Godoy por oficiales franceses y la posterior abdicación de Fernando VII en favor de Napoleón en Bayona, evidenciaron la fragilidad del nuevo monarca y su dependencia del reconocimiento del emperador francés. La actitud de Napoleón hacia Fernando VII, así como la falta de apoyo de las autoridades francesas, pusieron de manifiesto la precaria posición del rey español frente al poderío napoleónico.
Finalmente, la abdicación de Fernando VII en manos de Napoleón y la posterior cesión de los derechos a la Corona española a su hermano José Bonaparte marcaron el fin de su primer reinado y el inicio de un período de ocupación napoleónica en España, con José I como «el rey intruso». Estos eventos marcaron un punto de inflexión en la historia de España y tuvieron repercusiones significativas en la política y la sociedad del país durante los años venideros.
Referencias y bibliografía
Fontana, Josep (2007). Historia de España. Volumen VI: La época del liberalismo. Marcial Pons.
Pérez Galdós, Benito (1873). 19 de marzo y 2 de mayo. Madrid: Imprenta de la Guirnalda.
Pérez Galdós, Benito (1873). La corte de Carlos IV. Madrid: Imprenta de la Guirnalda.
Dufour, Gerard (1991). La Guerra de Independencia. Madrid: Historia 16. ISBN 84-7679-144-5.
Artola, Miguel (2007). La Guerra de la Independencia. Espasa Calpe.
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