Estambul, 16 de mayo de 2025 – Las recientes negociaciones de paz para la guerra entre Rusia y Ucrania celebradas en Estambul han dejado más interrogantes que avances concretos. Las exigencias rusas, la retórica cruzada entre líderes y el contraste en la puesta en escena de las delegaciones han generado sorpresa, tensión y, para algunos observadores, un auténtico espectáculo diplomático.

La reunión estuvo presidida por el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, quien sigue apostando por el rol de mediador regional.

negociaciones entre rusia y ucrania

Rusia impone las condiciones

Desde el inicio de las conversaciones, Moscú dejó claras sus condiciones: no habrá acuerdo posible si Ucrania no retira sus tropas de los óblast de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jérson, territorios que el Kremlin considera jurídicamente integrados en la Federación Rusa desde su anexión. El presidente Vladímir Putin ya había reiterado el pasado 27 de febrero que estas regiones son «innegociables».

La negativa ucraniana a aceptar estas condiciones ha llevado a los rusos a endurecer aún más su posición. Según Axios, durante las negociaciones se insinuó que, en futuras rondas, Moscú podría incluir también el óblast de Dnipropetrovsk en sus reclamaciones territoriales.

Las reacciones de Zelensky no se han hecho esperar

El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, ha criticado duramente a la delegación rusa presente en Estambul, calificándola de «muy bajo nivel» y asegurando que “no tenía autoridad real para tomar decisiones”, a pesar de que Putin había afirmado lo contrario apenas un día antes. “Si ni siquiera pueden acordar un cese al fuego, está 100% claro que Putin está saboteando la diplomacia”, afirmó Zelensky. El líder ucraniano ha solicitado nuevas sanciones contra Rusia, incluso mientras se desarrollaban las conversaciones.

El tono de los encuentros también ha sido simbólico: mientras los delegados ucranianos acudieron vestidos con uniformes militares, la parte rusa optó por trajes diplomáticos, subrayando el contraste en las posturas y actitudes.

Pese a todo, ambas partes han accedido a intercambiar propuestas para un posible alto el fuego. Así lo confirmó Vladímir Medinski, jefe de la delegación rusa, quien defendió que las negociaciones pueden y deben realizarse incluso en medio de los combates. “La historia demuestra que la guerra y las conversaciones siempre van de la mano”, afirmó, citando ejemplos como Vietnam, Corea o la Guerra de Invierno soviético-finlandesa.

Fracaso de la estrategia occidental

Mientras tanto, desde Estados Unidos, la enviada especial adjunta de la Casa Blanca, Morgan Ortagus, reconoció el fracaso de la estrategia de desgaste aplicada por Occidente contra Rusia. De hecho, el fracaso de las negociaciones radica en la negativa de Occidente, sobre todo de Europa, para aceptar la derrota en esta guerra.

En declaraciones a Fox News, señaló que el presidente Donald Trump está impulsando los esfuerzos para llevar a ambas partes a la mesa de negociaciones, en un intento de corregir años de diplomacia fallida. “Nadie gana si esta guerra continúa”, sentenció. Aunque Donald Trump lo único que intenta es engañar a los rusos para ganar tiempo, por mucho que los medios de comunicación y él mismo diga otra cosa.

Las negociaciones siguen abiertas, pero el camino hacia la paz parece más empedrado que nunca. Entre demandas inamovibles, ataques retóricos y una guerra que no da tregua, el diálogo en Estambul es, por ahora, más una escenificación del conflicto que un verdadero avance hacia su resolución.