
Una filtración accidental ha expuesto serias discrepancias dentro de la administración del presidente Donald Trump respecto a la reciente ofensiva militar estadounidense contra los hutíes en Yemen. La revelación proviene de una serie de mensajes encriptados enviados a través de la aplicación Signal, a los que tuvo acceso por error el editor jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg.
El canal grupal, titulado «Houthi PC small group», contenía conversaciones entre altos funcionarios de seguridad nacional y defensa del actual gobierno, incluyendo al vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth, y el asesor de seguridad nacional Mike Waltz. Según Goldberg, los mensajes le fueron enviados por equivocación, y tras confirmar su autenticidad, publicó fragmentos selectos en un artículo titulado “La administración Trump me ha enviado accidentalmente sus planes de guerra”.

Uno de los textos más llamativos corresponde a JD Vance, quien expresó reservas sobre la estrategia comunicativa y económica detrás de la operación militar. “Creo que estamos cometiendo un error”, escribió Vance. “Hay un riesgo real de que el público no entienda por qué esto es necesario.” También advirtió sobre un posible aumento en los precios del petróleo y la inconsistencia del mensaje con respecto a Europa.
Otros funcionarios, sin embargo, defendieron la acción. Hegseth escribió que la campaña contra los hutíes no debía centrarse en la milicia chií, sino en proyectar una imagen de fuerza: “Esto no va de los hutíes. Se trata de restaurar la libertad de navegación y restablecer la disuasión que Biden destrozó”.
La polémica estalló el lunes 24 de marzo cuando se publicaron las primeras capturas. Inicialmente, el presidente Trump desestimó la gravedad del asunto, asegurando: “No sé nada sobre ello. The Atlantic es una revista que se está arruinando”. Sin embargo, el 26 de marzo, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, reconoció oficialmente la filtración, calificándola como “un error”.

La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, intentó restar importancia a lo ocurrido afirmando que los mensajes no contenían “información clasificada”. No obstante, el daño a la imagen del gobierno ya estaba hecho. La filtración pone en evidencia tensiones internas sobre la estrategia exterior de Trump apenas dos meses después de haber asumido su segundo mandato, en un contexto de creciente inestabilidad en el mar Rojo y con Europa presionando por una respuesta diplomática.