
El 24 de abril la Iglesia católica conmemora a San Fidel de Sigmaringa, mártir y predicador incansable de la unidad entre los cristianos. Junto a él, este día también se recuerda a otros santos y beatos cuya vida fue testimonio de fe, entrega y amor por el Evangelio.
San Fidel de Sigmaringa: mártir de la unidad
Nacido en 1577 en Alemania bajo el nombre de Marcos Rey, San Fidel fue primero abogado antes de consagrarse a la vida religiosa como capuchino franciscano. Su nombre religioso, Fidel, significa “fiel”, una virtud que definió toda su vida.
Fue un gran predicador y trabajó incansablemente en misiones de reconciliación y evangelización durante la Reforma Protestante, especialmente en regiones suizas de mayoría calvinista. Su labor estuvo marcada por el deseo de reunir a los cristianos en una sola fe, lo que le valió tanto admiración como enemigos.
El 24 de abril de 1622, mientras predicaba en Seewis, Suiza, fue asesinado por un grupo de opositores, convirtiéndose en mártir de la unidad cristiana. Antes de morir, se le atribuye la frase: “El catolicismo no puede ser vencido”. Fue canonizado por Benedicto XIV en 1746.
Hoy, San Fidel de Sigmaringa es considerado patrono de los abogados, y su figura representa la valentía de defender la fe incluso a costa de la propia vida.
Santoral católico del 24 de abril
- San Fidel de Sigmaringen (s. XVII)
Abogado convertido en capuchino, fue un gran predicador y mártir en Suiza por defender la fe católica frente al calvinismo. - Santa Bova
Santa de la que se conserva memoria en los martirologios, aunque con escasos datos biográficos. - Santa Dova
Similar a Bova, aparece en los registros hagiográficos sin información detallada. - San Melito de Canterbury (s. VII)
Primer obispo de Londres, luego arzobispo de Canterbury. Fue parte de la misión gregoriana que llevó el cristianismo a Inglaterra. - San Egberto (s. VIII)
Monje irlandés que evangelizó en Europa y promovió la aceptación del cómputo romano de la Pascua en Iona. - San Gregorio de Elvira (s. IV)
Obispo hispano, teólogo y autor del tratado Sobre la Fe, elogiado por san Jerónimo. - Santa María de Santa Eufrasia Pelletier (s. XIX)
Fundadora de las Hermanas del Buen Pastor, dedicadas a la acogida y rehabilitación de mujeres marginadas. - San Alejandro de Lyon (s. II)
Mártir que fue azotado y crucificado durante las persecuciones romanas en la Galia. - San Benito Menni (s. XX)
Restaurador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en España y fundador de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón. - San Antimo de Nicomedia y compañeros mártires (s. IV)
Obispo martirizado durante la persecución de Diocleciano junto a muchos fieles cristianos. - San Deodato de Blois (s. VI)
Diácono y abad, vivió como ermitaño y luego lideró una comunidad monástica en la Galia. - San Guillermo Firmato (s. XII)
Canónigo y médico que, tras peregrinar a Jerusalén, se retiró como eremita en Normandía. - Beata María Elisabet Hesselbald (s. XX)
Sueca convertida al catolicismo, restauró la Orden de Santa Brígida, promoviendo la unidad de los cristianos. - San Wilfrido de York (s. VIII)
Obispo anglosajón, defensor del rito romano y promotor de la disciplina eclesiástica. - Santa María de Cleofás (s. I)
Una de las mujeres que fue al sepulcro de Cristo el Domingo de Resurrección. Testigo del anuncio pascual. - Santa Salomé (s. I)
Otra de las santas mujeres que acompañaron a María Magdalena al sepulcro. Figura presente en la tradición de los primeros testigos de la Resurrección.

Carles Fillol
Aficionado a la historia de la humanidad