
El 15 de septiembre, un día después de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el santoral católico celebra con especial devoción a Nuestra Señora de los Dolores, una advocación que nos invita a contemplar la unión íntima de la Virgen María con el misterio de la Pasión de su Hijo.
El corazón atravesado de María
La figura de María Dolorosa está profundamente enraizada en la tradición cristiana. Ya el anciano Simeón, en la presentación de Jesús en el templo, había profetizado: «Y a ti, una espada te atravesará el alma» (Lc 2,35). Esa profecía se cumplió a lo largo de la vida de María, especialmente al pie de la Cruz, donde la Madre compartió el sufrimiento redentor de Cristo.
La devoción a los Dolores de la Virgen surgió en la Edad Media, particularmente con la Orden de los Siervos de María (Servitas), que difundió la meditación de los siete dolores principales de María:
- La profecía de Simeón.
- La huida a Egipto.
- La pérdida del Niño Jesús en el templo.
- El encuentro con Jesús camino del Calvario.
- La crucifixión y muerte del Señor.
- El descenso de Jesús de la Cruz.
- La sepultura de Jesús.
Estos dolores no solo expresan el sufrimiento de una madre ante el dolor de su hijo, sino también la fidelidad de María a la voluntad de Dios en medio de las pruebas.
Una Madre para los afligidos
Nuestra Señora de los Dolores es invocada como consuelo de los afligidos y refugio de los que sufren. Su presencia al pie de la Cruz es un recordatorio de que nunca estamos solos en la adversidad: María acompaña silenciosa, compasiva y firme, ofreciendo a los creyentes su ternura y fortaleza.
Otros santos y beatos del 15 de septiembre
- San Aicadro de Jumièges (s. VII) – Abad del monasterio de Jumièges, en Francia, discípulo y sucesor de san Filiberto, conocido por su piedad y gobierno prudente.
- San Alpino de Lyon (s. IV) – Obispo de Lyon, sucesor de san Justo, recordado por su servicio pastoral.
- Beato Antonio María Schwartz (s. XX) – Sacerdote vienés, fundador de la Congregación de los Operarios Cristianos, dedicada a la formación espiritual y defensa de los derechos de los obreros y jóvenes aprendices.
- San Apro de Toul (s. VI) – Obispo de Toul, en Francia, pastor entregado al cuidado de su pueblo.
- Beato Camilo Costanzo (s. XVII) – Jesuita y misionero en Japón, martirizado en Hirado en 1622, arrojado a la hoguera mientras proclamaba a Cristo.
- Santa Catalina Fieschi (s. XVI) – Viuda genovesa, conocida por su profunda vida espiritual, sus ayunos y su entrega a los pobres y enfermos.
- Beato Ladislao Miegon (s. XX) – Sacerdote polaco, deportado al campo de concentración de Dachau, donde murió mártir por su fe.
- San Nicetas Godo (s. IV) – Mártir godo a orillas del Danubio, quemado vivo por orden del rey arriano Atanarico hacia el año 370.
- San Nicomedes de Roma – Mártir romano venerado desde la antigüedad; el papa Bonifacio V honró su sepulcro en la vía Nomentana.
- Beato Pablo Manna (s. XX) – Misionero en Birmania y promotor de la unión de los cristianos. Fundador de obras misioneras y apóstol de la palabra de Dios en Italia.
- Beato Pascual Penadés Jornet (s. XX) – Sacerdote y mártir español, asesinado durante la persecución religiosa en la Guerra Civil.
- Beato Rolando de Médicis (s. XIV) – Anacoreta italiano que vivió en soledad y penitencia en los Alpes, dedicado a la contemplación.
- San Valeriano de Tournus – Mártir de los primeros siglos, venerado en la región de Chalons, en Francia.