Santoral de Hoy 9 de Enero de 2025 ¿Qué Santos Católicos se celebran hoy?

Hoy martes 9 de enero, el santoral católico rinde homenaje a la onomástica de San Eulogio y Santa Lucrecia de Córdoba, dos mártires que convivieron en varios momentos de su vida y en su muerte, y que son reconocidos en la ciudad española de Córdoba.

Santoral Católico 8 de Enero

Santoral Católico 7 de Enero

Santa Lucrecia de Córdoba

Santa Lucrecia, también llamada Leocricia, fue una mujer que vivió en Córdoba allá en el siglo IX, cuando reinaban los omeyas en el Emirato de Córdoba. Como muchas personas, Lucrecia era musulmana, pero como era de familia noble, tenían sirvienta, y resultó que era cristiana.

A través de la sirvienta, fue como Lucrecia conoció la fe cristiana, y se ve que le gustó por que la abrazó. Pero eso no gusto a su familia, y le empezaron a hacer la vida imposible. Entre amenazas, gritos y malos tratos, Lucrecia consiguió escapar y se refugió al amparo de San Eulogio, del que te hablo un poco más abajo.

Eulogio la ayudó, la fue escondiendo en casa cristianas, pero la suerte no duraría para siempre. Un buen día, fueron descubiertos y hechos prisioneros en el acto. San Eulogio fue el primero en ser ejecutado, y un 15 de marzo del año 859 degollaban a Lucrecia. El cuerpo lo echaron al Guadalquivir y flotó hasta que un grupo de cristianos lo recuperó y lo enterraron en la iglesia de San Ginés de Córdoba.

En e año 883, el rey Alfonso III de Asturias conseguiría las reliquias de los dos mártires y las trasladó a la Catedral de San Salvador de Oviedo. Hoy en día, aún reposan en la Cámara Santa de la catedral.

San Eulogio de Córdoba

Como habrás leído arriba, San Eulogio también vivió en Córdoba durante el siglo IX. Fue uno de los personajes españoles más destacados de su tiempo, y no es para menos. Fue educado en filosofía y otras ciencias por Esperaindeo, uno de los grandes sabios de la época.

Durante sus estudio coincidió con Paulo Álvaro, mucho más conocido como Álvaro de Córdoba. Cuando finalizo sus estudios fue ordenado sacerdote y entonces decidió viajar por los monasterios del norte.

Primero intentó entrar a Francia por la Marca Hispánica y más tarde a Aquitania por Pamplona, pero no pudo debido a las revueltas de Guillermo de Septimania y García Íñiguez en esas regiones. Se quedó un tiempo en Pamplona con el obispo Gilesindo y de ahí viajó a diferentes monasterios de los Pirineos.

A pesar de la dificultad de conseguir libros en una época en la que se copiaban a mano, Eulogio no solo adquiría obras de grandes sabios, como San Agustín, sino que compartía su conocimiento con todos. Cuando estalló una persecución contra los católicos de laño 850 en Córdoba, Eulogio lideró valientemente a sus seguidores, escribiendo incluso un libro sobre los mártires que murieron por su fe.

Eulogio se enfrentó a las autoridades, ayudando a dos jóvenes católicas a mantener su fe frente a amenazas. Por esto, fue encarcelado por el gobierno musulmán, y aprovechó ese tiempo para meditar y estudiar. Después de salir de prisión, se encontró con la destrucción de templos y la persecución persistente a los fieles de Jesús.

A lo largo de diez años, Eulogio continuó huyendo y documentando los martirios de los cristianos en su «Memorial de los mártires«. Y en estos años fue cuando coincidió con la jóven Lucrecia, a quien ayudaría y ya conocemos el desenlace. Cuatro días antes que Santa Lucrecia, un 11 de marzo del año 859, San Eulogio fue degollado.