San Antonio Abad, santo protector de los animales

San Antonio o San Antón nació en Comas, cerca de la ciudad de Heraclea en el Alto Egipto. A San Antonio se celebra en el santoral católico del día 17 de enero como patrón de los animales y también es venerado por la iglesia ortodoxa, las iglesias ortodoxas orientales y la iglesia anglicana.
No se saben muchas cosas de su infancia, pero si de su juventud. Alrededor de los 20 años de edad murieron sus padres y él se quedó a cargo de las posesiones familiares y de su hermana. Cuando se vio en esta tesitura, San Antonio decidió venderlo todo, asegurarle la vida a su hermana en una especie de centro de vírgenes de la época, el primero del que hay registros, y regaló el resto a los pobres. Hecho esto, decidió que debía seguir su vida ascética en una comunidad local, y así lo hizo.
Con los años, ayudó a multitud de personas a dirigir su vida espiritual y poco a poco, se fue internando en el desierto, donde acabaría viviendo en completa soledad.

Las tentaciones de San Antonio
De acuerdo con uno de sus biógrafos, San Atanasio, San Antonio fue tentado por el diablo varias veces en su retiro en el desierto, pero nunca sucumbió. Esto le valió la fama entre los de su época de ser un hombre austero y santo, principios que han sido ámpliamente usados en su iconografía cristiana.
Toda esta fama provocó que un número importante de personas se acercaran a él. Como eran muchos, los juntó en dos grupos de ermitaños, uno en Pispir y otro en Arsínoe. Por esto se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana.
Aunque vivió retirado la mayor parte de su vida, en el año 311 abandonó su retiro en el monte Colzim y fue a Alejandría, ya que las persecuciones de Maximino se habían recrudecido, y fue a animar a los mártires.

Siguió viviendo en su celda de montaña por muchos años, pero volvería años más tarde a Alejandría para predicar en contra del arrianismo, que se extendía por la ciudad. En este lugar, Antonio predicó fervientemente acerca de la unidad entre el Hijo y el Padre, señalando a los arrianos por su tendencia a confundirse con los paganos, quienes adoran y sirven a la criatura en lugar del Creador. Su elocuencia atrajo a multitudes, congregando a la gente que se reunía para verle y escucharle. Incluso los paganos expresaban su deseo de conocer al hombre de Dios.
Antonio, con su influencia, logró convertir a muchos de ellos y realizar algunos milagros notables, incluyendo la curación de una joven poseída por un espíritu maligno en la puerta de la ciudad. Su vida llegó a su fin el 17 de enero del año 356, y desde entonces se le ha conferido el título de patrono de los animales.

¿Por qué San Antonio es el patrón de los animales?
San Antón, venerado como el patrón de los animales, ha adquirido este título por dos razones fundamentales: sus experiencias con bestias salvajes durante su retiro inicial y su profundo entendimiento de la sabiduría a través de la observación de los animales y del amor divino manifestado en la naturaleza.
La festividad de San Antón, celebrada el 17 de enero, destaca como una tradición arraigada en la bendición de animales en muchos municipios. En esta jornada especial, se acostumbra bendecir a los animales y los panes del santo, mientras que se llevan a cabo hogueras y se comparten vinos, licores y dulces autóctonos de cada región.
La figura de San Antón cobra vida de manera destacada en Madrid, donde las «Vueltas de San Antón» constituyen una celebración reconocida. Originada en la Edad Media, esta tradición involucraba la elección del «Rey de los cochinos» por parte de los porqueros, con el ganador adornado con cintas y campanillas, y el «Rey de los Porqueros» vestido con barba blanca y manto negro, simulando un santo coronado con ajos y guindillas.
En Cataluña también es una fiesta muy celebrada en muchos pueblos y ciudades. Se la conoce como la fiesta de «Els Tres Tombs«‘ y trata de los mismo, dar 3 vueltas alrededor de la iglesia, hoguera o iconografía del santo y se bendicen los animales de carga y tareas del campo, aunque hoy en día se bendicen más mascotas como perros y gatos.
Más allá de las fronteras de España, la bendición de animales en la Plaza de San Pedro de El Vaticano es reconocida como una práctica significativa.